Como doctora en desarrollo humano, muchas veces me toca entrar en escena cuando la tensión ya se siente en el aire: despidos anunciados, decisiones urgentes, líderes agotados, y equipos que no saben si hablar… o callar.
Y en medio de todo eso, siempre hago la misma pregunta:
¿Cómo hacer que el espacio de trabajo siga siendo fértil para el florecimiento humano, incluso cuando todo parece estar en crisis?
En contextos de reestructuración, solemos caer en los estilos de liderazgo obsoletos: cerrar, controlar, decidir rápido y comunicar poco. Porque, claro, hay que "salvar el barco". Pero ¿qué pasa si esa lógica de supervivencia está impidiendo, precisamente, que el barco se salve?
La paradoja del control
Un reciente artículo de Academy of Management Perspectives lo explica con claridad. Stoiber, Weiblen y Hautz (2025) analizaron cómo las estrategias de reestructuración que operan desde la apertura —transparencia e inclusión real de los actores— pueden ser más efectivas, más rápidas y más sostenibles… aunque parezca contraintuitivo.
¿El punto central? Las organizaciones en crisis no fracasan solo por la falta de recursos o ideas. Fracasan porque se desconectan de las personas que pueden ayudarlas a sostener el proceso.
Abrir en vez de aislar
El estudio propone algo radical: en lugar de reducir la participación para "ganar tiempo", abrir el juego puede acelerar los acuerdos, aumentar el compromiso y reducir la resistencia.
Sí, puede ser incómodo. Sí, hay riesgos. Pero también hay beneficios concretos:
- Compromiso real de los equipos.
- Confianza que amortigua el cambio.
- Perspectivas que enriquecen la toma de decisiones.
- Y lo más importante: una cultura que sobrevive más allá de la crisis.
¿Qué hacer?
Desde Flourish Corp, acompañamos a líderes que están atravesando procesos complejos. No damos fórmulas mágicas, pero sí sabemos que hay prácticas que funcionan incluso cuando hay que achicar, redefinir o rediseñar desde cero:
- Reconocer la carga emocional, sin quedarse atrapado en ella.
- Reenfocar en lo esencial: ¿qué sigue? ¿para qué?
- Visibilizar logros y aprendizajes, aunque sean pequeños.
- Dar lugar al diálogo humano, no solo a los números.
- Cuidar al cuidador: los líderes también necesitan sostén.
La cultura también es estrategia
Liderar en reestructuración es, sobre todo, un acto de coraje emocional y madurez cultural. No se trata de soltar el control, sino de abrirlo con intención. De invitar a otros a ver el mapa… incluso si el camino no está del todo claro.
Porque, como muestran los datos, cuando hay confianza y participación, incluso las decisiones difíciles se pueden transitar con más unión y eficacia.
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Dr. Denise Dziwak- CEO Flourish Corp
Dra. Denise Dziwak es Ph.D. en Desarrollo Humano, fundadora y CEO de Flourish Corp. Ha acompañado a más de 5.000 líderes en América Latina en procesos de transformación cultural, liderazgo femenino y desarrollo de equipos de alto desempeño. Combina su experiencia corporativa en Fortune 500 con su formación científica en neurociencia, desarrollo adulto y liderazgo consciente. Su propósito: ayudar a las personas y organizaciones a florecer desde la autenticidad, la salud colectiva y el poder de la conexión humana.
Fuente: Stoiber, K., Degischer, D., Hautz, J., & Matzler, K. (2025). Open strategy as turnaround: The impact of openness in restructuring under financial distress. Academy of Management Perspectives, 39(2), 250–273. https://doi.org/10.5465/amp.2023.0363